Este domingo 30 de octubre de 2022, como ha sucedido en los últimos años, termina en México el horario de verano, pero en esta ocasión no volveremos a tenerlo en la primavera de 2023. El Congreso emitió el decreto por el que se expide la Ley de los Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos que elimina la medida por la cual cada año se adelantaba una hora a principios de abril y se retrasaba el último domingo de octubre, con el argumento de proteger la salud de la población.
Para tomar esta decisión se afirmó que el ahorro en el consumo de energía desde que se implementó por primera vez en 1996 había sido insignificante (sólo 1%); además, que no había representado un ahorro en el gasto de los hogares en electricidad, pero sí había generado problemas de salud y emocionales en la población, al afectar sus ritmos circardianos al adelantarse la hora.
Esta determinación aplica para todo el país, excepto en las regiones fronterizas con Estados Unidos, debido a la estrecha vinculación de las economías locales. En esta nota de Sopitas se describe cómo quedarán los horarios estándar y estacional (el nuevo horario de verano).
Que se mantenga en parte de la nación el horario estacional, refleja la existencia de una racionalidad económica en el horario de verano; si llevamos el argumento a sus últimas consecuencias, podría interpretarse que al mantener el horario de verano en los municipios fronterizos no se estaría protegiendo la salud de la población; al final, indicaría la naturaleza política de esta medida impulsada por parte del señor presidente Andrés Manuel López Obrador: agradar a su base política.
No creo que se cierre definitivamente la posibilidad de que se vuelva a implementar el horario de verano en el futuro. La razón de ser de esta medida se encuentra en la necesidad de evitar que se consuma más electricidad en horas de mayor demanda y prevenir una sobrecarga del sistema eléctrico en ciertas regiones de la nación.
Además, el estado en el que se encuentra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dirigida por Manuel Bartlet (limpio de pecados por su pasado priista y por la caída del sistema electoral en 1988, por obra y gracia del señor presidente) auguraría problemas para satisfacer la demanda de electricidad sin horario de verano. Y si sumamos que el señor presidente quiere regresar a un monopolio del Estado en materia energética, excluyendo a empresas privadas, nos encaminaríamos a vivir apagones e insuficiencias en el servicio.
Si estas hipótesis son ciertas, en algún momento en el futuro y se dejan a un lado decisiones ideológicas, regresaremos al horario de verano.
Acosta-Valverde 